Los barceloneses debutaron con una demo, en otoño del 2022, que tenía todo el talante de una grabación profesional. En ella presentaban credenciales de banda interesante, a tener en cuenta si eres de los que gustan de enfrentarse a retos musicales. No estamos hablando de una propuesta para todos los públicos, las cinco canciones contenidas en esa primera tarjeta de visita requieren ser escuchadas con atención, poniendo los sentidos alerta y sumergiéndote sin reparos en la borrascosa sonoridad que surge de los altavoces. Etiquetas como el doom o el stoner les quedaban pequeñas. Reduccionistas en exceso ante una propuesta que, intuíamos, iba mucho más allá.
Efectivamente, el presente Mare Nostrum es la evidencia de que no estábamos equivocados. Si, obviamente, los citados estilos son la tierra de donde brotan sus canciones, regadas por su facilidad para crear atmosferas, y envolver al oyente, atrapándolo entre sugestivas texturas rítmicas y espirales de guitarras, creando música tremendamente descriptiva, casi física, capaz de hacerte sentir el calor