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Dentro del ciclo “El arte de coleccionar”, que programa periódicamente la Fundació Vila Casas, se inscribe la exposición temporal que combina el arte visual y plástico con el mundo de los olores y los perfumes que se puede visitar hasta el 3 de abril. Este muestra exhibe once obras seleccionadas de artistas diferentes entre si que convergen en un punto: su coleccionista, Ernesto Ventós.
El Museo Can Framis muestra al público una exposición que funciona gracias a la sinestesia, aquella experiencia sensorial que, básicamente, confunde o mezcla los sentidos. El coleccionista Ernesto Ventós nació y creció rodeado de olores, ya que su padre proporcionaba materias primas a los creadores de esencias. Decidió continuar en este mundo y se formó en los epicentros de la alquimia olfativa (Francia y Suiza), y se ha convertido en una “nariz” de referencia dentro del ámbito de la perfumería. Y, es a partir de esta pasión por los olores, que empezó a crear una colección de arte basada en recuerdos olfativos.
La muestra exhibe obras de artistas como Oleg Dou, James Clar, Manel Armengol y Charo Pradas, y cada una de las piezas va acompañada de un pequeño frasco de cristal topacio, continente alquímico, con las notas olfativas que remiten al coleccionista (recuerdos olfativos de la brisa, de un viaje exótico, aromas familiares, etc.). Y es que, tal y como escribió el filósofo Walter Benjamin, “para el coleccionista, la propiedad es la relación más íntima que puede tener con los objetos y estos, no es que cobren vida en él, sino que él vive en estos”.
Para saber más información sobre la exposición, podéis visitar la página web de Can Framis.
El Museo Can Framis forma parte de La Fundación Vila Casas, una entidad privada fundada en 1986 que se ha dedicado principalmente a la promoción del arte contemporáneo desde los años 60 hasta la actualidad, entre otras cosas. Aunque la Fundación tiene diferentes espacios fuera del barrio,Can Framis es el único que se encuentra en el Poblenou. Desde su inauguración en 2009 ha funcionado como el Museo de la Pintura Catalana, con más de 300 obras en la colección.